quarta-feira, 31 de março de 2021

Cómo Fabricar Algo de la Nada

La PCR, los ciclos umbrales y los falsos positivos

 

Niels Harrit PhD

Mar 27, 2021 

 


 

RESUMEN: Si la inoculación puede usarse como verificación de la prueba de RT-PCR de Corman-Drosten para Covid-19, aproximadamente el 50% de los positivos anunciados deben considerarse falsos cuando se aplica un máximo de 35 ciclos. Si se aplican solamente 25 ciclos, la fracción de falsos positivos se reduce al 20%.

 

 La eficacia de la prueba de RT-PCR utilizada para identificar la infección por el virus SARS-CoV-2 y los "casos" de la enfermedad Covid-19 ha sido ampliamente discutida. En estas discusiones, a menudo se sostiene que la prueba produce un 97% de falsos positivos. Para respaldar esa afirmación se hace referencia a un estudio de un grupo con sede en Marsella que comunicó sus resultados en una carta al editor el 28 de septiembre de 2020. [1] 

 

  El primer autor es R. Jaafar, por lo que en adelante se denominará el documento de Jaafar. Se trata de un más amplio conjunto de datos en comparación con un estudio anterior [2] encabezado por B. La Scola. Esta publicación es conocido como el documento La Scola.

 En resumen, los resultados presentados en el documento de Jaafar no proporcionan una prueba independiente de que el test produzca un 97% de falsos positivos. En el presente comentario, intento destilar las conclusiones esenciales de sus datos.

 En el dominio semipúblico, ha sido otro motivo de confusión que la abreviatura "RT-PCR" a veces se denomina "Reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa", mientras que en otros casos se puede ver explicada como "PCR en tiempo real". .

Son ambas. Es la RT-PCR en tiempo real.

 La enzima transcriptasa inversa se ocupa de los fragmentos de ARN monocatenario en el hisopo y los convierte en ADN bicatenario en una serie de pasos. A partir de entonces, la enzima polimerasa comienza a hacer copias del ADN seleccionado. La selección está determinada por un par de los denominados cebadores [ primers ] que son necesarios para iniciar el proceso.

La replicación ocurre en ciclos. Cada ciclo comienza calentando la muestra para separar la doble hélice de ADN en dos hebras de ADN libres. Estos sirven como plantillas para que la polimerasa produzca hebras complementarias de cada uno de los componentes básicos presentes en la sopa. Al enfriarse, las hebras se recombinan. El ciclo termina y el resultado es una duplicación del número de moléculas de ADN anteriormente presentes.

Durante la producción, el ADN es marcado por una molécula de sondeo que emite fluorescencia solo cuando se incorpora al ADN. Por lo tanto, la muestra emite luz visible cuando se irradia con un pequeño láser. Se registra la intensidad de la fluorescencia en cada ciclo de la PCR como una medida de la cantidad de ADN que se produce. Ahí es donde entra el tiempo real. Cuando se alcanza un nivel predeterminado, el proceso de multiplicación se detiene y la prueba se denomina "positiva".

Se denomina el número de ciclos necesarios para alcanzar el nivel crítico de fluorescencia  el umbral de ciclo [ cycle threshold ] o Ct, que es una característica de cada muestra. Obviamente, si el proceso comienza con una gran cantidad de fragmentos de ARN, el umbral de intensidad de fluorescencia se alcanza facilmente y el Ct es bajo. Si la carga inicial son solo unas pocas moléculas de ARN, o tal vez incluso una sola pieza, pueden faltar muchos ciclos para obtener la señal de fluorescencia crítica.

 Esto significa que el valor Ct tiene el potencial de proporcionar una medida cuantitativa de la carga viral de cualquier persona. De algo puede servir si buscas una medida cuantitativa para tu condición temporal.

Una conversación en consecuencia puede ser así:

 "¿Cómo estás?"

 “Me fui al centro de pruebas. Me dijeron que me encuentro bien. Hoy tengo un Ct de 42".

 Como se entenderá a partir de lo siguiente, este intercambio puede indicar que la segunda persona sufrió un resfriado el otoño pasado, y que ya no presenta síntomas clínicos. Pero todas las muestras darían positivas si aplicáramos 60 ciclos porque “la PCR hace algo de la nada”, como una vez dijo Kary Mullis, el inventor de la tecnología PCR, y ganador del Premio Nobel.

 Si solamente falta un elevado número de cíclos para que la prueba dé positiva, todos debemos tener fragmentos de ADN y / o ARN, ya sean extraños o domésticos, en nuestro cuerpo, que son el objetivo de los cebadores que actualmente usamos. Con altos valores de Ct, se termina amplificando "el ruido molecular de fondo" de los fragmentos genéticos benignos. 

 

¡Todos tenemos un Ct todo el tiempo! 

 

 El artículo de Jaafar es una contribución a la importante discusión sobre la utilidad terapéutica de la metodología de la PCR. Más específicamente: "¿Cuál es el punto de inflexión para el Ct por debajo del cual una PCR proporciona una prueba significativa para el Covid-19 y por encima del cual no tiene sentido"? Desde el comienzo del brote de Covid-19 hasta la investigación que se concluye en dicha publicación, el instituto de Marsella realizó 250.566 pruebas de SARS-CoV-2 en 179.151 pacientes.

 

 De estas, 13,161 dieron positivas dentro de los 35 ciclos de la RT-PCR. Es decir, un 7.3%. 

 

De estas muestras positivas, 3790 fueron inoculadas y manejadas para cultivo. El proceso de inoculación se describe más o menos en el artículo de La Scola. [2]

 

Escriben que “se centrifugaron e inocularon 0,5 ml de líquido de hisopo en células VERA (línea celular de riñón de mono) y se observó el efecto citopatógeno”, en un número de días no revelado. 

 

Es decir, ¿las células murieron y se desintegraron? Esta observación debe haberse realizado bajo un microscopio óptico. Si se produce la muerte celular, los investigadores sacan una muestra líquida del vial y la procesan en consecuencia para su observación en un microscopio electrónico de barrido.

 

Los autores denominan a esto "Detección presunta de virus en el sobrenadante que muestra un efecto citopatogénico".

 

 En traducción, esto significa: "Si vemos que las células de los monos mueren y se desintegran en el microscopio óptico, llevamos la muestra al microscopio electrónico y creemos que todo lo que vemos allí debe ser el virus". 

 

 Sin embargo, no se proporcionaron imágenes de microscopio electrónico. 

 

La presencia de virus se "confirma" además con RT-PCR en dicho líquido. Un punto muy importante es que no se proporcionan los valores de Ct para estas RT-PCR ejecutadas en las muestras sometidas a microscopía electrónica. Si el ADN / ARN seleccionado por los cebadores antes y después de la inoculación se dirigió al mismo virus, los últimos Ct deberían ser sustancialmente más bajos que los Ct obtenidos de los hisopos iniciales. 

 

Si no fue así, realmente no sabemos por qué murieron las células. 

 

Pero supongamos por ahora que la muerte celular es un criterio para una inoculación exitosa y que las muertes son causadas por el mismo virus que se cuantifica en la prueba de RT-PCR. Así, Jaafar et al. informan que la inoculación fue exitosa en 1941 casos de los 3790 positivos por PCR que se manejaron para cultivo. Esto nos lleva a la evaluación inmediata de que el 49% de las pruebas de PCR positivas pueden haber sido falsas en el sentido de que la carga viral del paciente debe haber sido insignificante. 

 

 Que el 51% de las muestras exitosamente inoculadas represente un diagnóstico positivo de la enfermedad llamada Covid-19 depende de que el SARS-CoV-2 sea una entidad única, depende de un aislamiento demonstrado de la misma, y también depende de claras pruebas de que es el patógeno de la enfermedad. 

 

 En esta evaluación, por lo tanto, reservamos el término "positivo" a una muestra que alcanza el umbral crítico de fluorescencia. Los "positivos" comprenden las muestras inoculables y no inoculables (que son falsos positivos). 

 

 Los datos del artículo de Jaafar se reproducen en la Figura 1. Muestra la distribución entre las muestras inoculables y no inoculables para cada grupo de Ct, que van desde 11 (Ct11) a 37 (Ct37) ciclos. 

 

Es cierto que los inoculables comprenden solo el 3% del grupo Ct35. Pero como que solo hacía falta llevar 74 muestras hasta ese punto, no significa que la prueba de RT-PCR produzca un 97% de falsos positivos en general. El cuadro es más diverso.

 

 Figura 1. De Jaafar et al. Muestra muestras inoculables (marrón) junto con no inoculables (gris) para cada Ct. 

 

 Los mismos datos se muestran de una manera más tradicional en la Figura 2. 

 

Figura 2. Los mismos datos que la Figura 1, mostrados de forma tradicional. La línea negra representa cuántas muestras se someten a cultivo celular en cada grupo Ct. 

 

Buscamos una respuesta a la pregunta: ¿Cuántos ciclos deberían ser estándar si queremos que el 80% de los positivos representen una muestra inoculable? 

 

 Figura 3. Izquierda: Integración de las curvas de #inculables y # no inculables en la Figura 2. Es decir, suma de inoculables y no inoculables, respectivamente, registrados hasta un Ct dado. Derecha: Igual, como porcentaje de la suma de muestras cultivadas en Ct. 

 

 En la figura 3 (izquierda), el número de inoculables y no inoculables, respectivamente, se suma al valor Ct. Es decir, las curvas de la figura 2 están integradas. En la Figura 3 (derecha) se muestran los mismos datos como porcentaje del número total de muestras cultivadas hasta ese Ct. 

 

Se ve que en Ct25, el 80% de las muestras calificadas como "positivas" por la prueba de RT-PCR serán inoculables. Sin embargo, el 20% de los "positivos" serán falsos, si la inoculación es un punto de referencia para la eficacia de la RT-PCR. Algunos pueden encontrar eso como una compensación justa. 

 

Entonces, si: 1) existe tal cosa como el único virus SARS-CoV-2; y si 2) este virus causa síntomas respiratorios graves, y si 3) el virus es inoculable en las células VERA, y si 4) las células VERA son una representación válida de ídem humano, y si 5) la prueba de Corman-Drosten realmente detecta SARS-CoV-2 específicamente, realizar una RT-PCR complementaria hasta Ct 25 PUEDE tener alguna utilidad para un médico en un entorno clínico que trata a pacientes con síntomas respiratorios graves [3]. 

 

Un tanto fantástico, ¿no es cierto? 

 

 A fin de cuentas, todo gira en torno a los cebadores, su especificidad y aplicabilidad a bajas concentraciones. ¿Cómo pueden identificar a un virus mortal del SARS-CoV-2 cuando la existencia del mismo sigue sin demonstrar? Además, las secuencias de los diversos cebadores que se utilizan se encuentran en aproximadamente 100 bacterias y también abundan en el genoma humano. [4] [5] 

 

El emparejamiento de dos cadenas de ADN, la hibridación, no tiene por qué ser perfecto para que se produzca. Si las dos hebras son, digamos, solo un 80% complementarias, la constante de unión se reducirá. Pero la hibridación ocurre no obstante. Cuando se utiliza una concentración muy exagerada de cebadores en la prueba estándar de Corman-Drosten [6], inevitablemente recogerá a más ADN flotante, ya que fuera producido por la transcriptasa inversa o no. [7] 

 

UNA PRUEBA DE RT-PCR EN Ct25

 

 ¿Qué resultado se puede esperar SI la prueba de Corman-Drosten detectó algo llamado SARS-CoV-2 y se operó a un máximo de 25 ciclos? 

 


 

Figura 4. Izquierda: Suma de RT-PCR positivos manejados para cultivo hasta el grupo Ct (integración de la línea negra en la figura 2). Derecha: Los mismos datos se muestran como% de la suma total de positivos administrados para cultivo (3790). 

 

Consideren cómo el número total de muestras cultivadas en la Figura 4 (izquierda) aumenta parcialmente de forma lineal con el número de ciclos. Esto está de acuerdo con la noción de que el número de cultivos por grupo Ct alcanza una meseta más allá de Ct ~ 20 (figura 2), pero solo es digno de mención si la selección de muestras sometidas a cultivo ha sido aleatoria. 

 

 De este subgrupo (3790) sometidos a cultivo, seleccionados entre los denominados positivos por la prueba de RT-PCR en 35 ciclos, solo 1813 se habrían registrado como positivos si se hubieran aplicado solo 25 ciclos (Figura 4, izquierda), lo cual corresponde a 48% del subgrupo (Figura 4, derecha). 

 

 Dado que el 7,3% dio positivo por RT-PCR en 35 ciclos, se calcula que 7,3 x 0,48 = 3,5% darían positivos si el número de ciclos se limitara a 25.

 

 De estos, el 2.8% pueden ser confiables (80% según la inoculación) mientras que el 0.7% pueden ser falsos positivos - ¡Solo si la inoculación es un medio válido de confirmación y se cumplen todas las demás condiciones! 

 

COMENTARIO FINAL

 

Estar enfermo es tener síntomas. Si no estás enfermo, no estás contagioso. Solía ​​ser de sentido común que uno está sano a menos que no lo esté. El sentido común ya no es común durante la supuesta pandemia de Covid-19. Ahora estás enfermo hasta que se demuestre que estás sano y, por defecto, estás contagioso. La herramienta de esta estafa es la prueba de RT-PCR ejecutada en> 35 ciclos y más.

 

Dejémonos de tests y sobrevivamos.

 

                                                           ***

 

Referencias:



[1] Correlation Between 3790 Quantitative Polymerase Chain Reaction–Positives Samples and Positive Cell Cultures, Including 1941 Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 Isolates.

[2] Viral RNA load as determined by cell culture as a management tool for discharge of SARS-CoV-2 patients from infectious disease wards.

[3] WHO Information notice for IVD users.

[4] The scam has been confirmed: PCR does not detect SARS-CoV-2, philosophers-stone.info.

[5] Conversations with Tom Cowan, at 18.13.

[6] Detection of 2019 novel coronavirus (2019-nCoV) by real-time RT-PCR

[7] Review report Corman-Drosten et al. Eurosurveillance 2020



Niels Harrit es profesor asociado de química (jubilado) en la Universidad de Copenhague. Fue el autor principal del revolucionario documento Active Thermitic Material Discovered in Dust from the 9/11 World Trade Center Catastrophe 

 

Traducción: David Montoute

Original en ingléshttps://off-guardian.org/2021/03/27/making-something-out-of-nothing-pcr-tests-ct-values-and-false-positives/

sexta-feira, 19 de março de 2021

Coup d'Etat in Tanzania?

 Magufuli is the latest African 'Covid' sceptic to suddenly drop dead

 David Montoute

 March 18th, 2021



Africa's leading Coronavirus sceptic, President John Magufuli, is dead at age 61.

Tanzanian president Magufuli, who had come to power in 2015 on a strong, anti-corruption platform was re-elected in a landslide last year.  Staying true to his promises, the "Bulldozer" president fired corrupt executives - including half of his own cabinet - for corruption and inaction. His economising measures banned foreign travel for public servants, and as a result, the government saved £330m in one year alone. Magufulli slashed his own salary by three quarters and converted costly independence day celebrations into a national clean-up day, in which the President himself would go litter-collecting. He also revived national industries, subsidising Tanzanian export farmers who were affected by low market prices. And all of this followed the institution of a free secondary education system in his first year in office. Tanzania's government began to garner the respect and admiration of its people, with a Pew report from late 2017 finding that "trust in the national government is highest in Tanzania. About nine-in-ten people in Tanzania (89%) trust their government to do what is right for their country", a state of affairs that led some to toute it as a "beacon of democracy".

And then came the 2020 lockdowns.

Although the government initially closed schools and banned sporting events, it did not implement any national lockdown. Shortly afterwards, Magufuli, a former chemistry teacher, grew increasingly sceptical of the pandemic narrative following the revelation of numerous false positive cases worldwide. In May, he investigated the claims himself, sending human-named samples of goat, sheep, motor oil, papaya, quail and jackfruit for testing in the national laboratory. Several of these came back positive for COVID-19.

Magufuli fired the head of Tanzania’s national laboratory and called for an investigation into what he suspected was a “dirty game” relating to the test kits supplied via the Africa Centers for Disease Control and Prevention. 

“The equipment or people may be compromised and sometimes it can be sabotage,” Magufuli said in a speech broadcast live on state-television. Urging Tanzanians to not live in fear of the virus, the government re-opened schools, allowed large sporting events and religious gatherings, stopped mass-testing and stopped updating public reports on the putative virus. Naturally, this led to dire predictions of a Covid "disaster" and, when this did not materialise, accusations that the government was "covering-up" a hidden epidemic. 

However, a local correspondent for the US government-financed Voice of America could find nothing unusual about life in Tanzania during this period, neither in the hospitals nor in the streets around him. Later in 2020, even a harshly critical piece on the website of global development group Devex acknowledged a "member of the civil society in Tanzania" who, speaking anonymously, described how his colleagues' initial scepticism of the government's approach had transformed into belief. The source added that:

“For the past two months, there have been fully-fledged political rallies and there is nowhere where the gathering has been less than 500 people…There is no incident which is reported, the deaths which are reported are ordinary deaths, you can't equate it with what we are hearing from other countries around...”

But Magufuli's heresy was not merely symbolic. The European Union had given 27 million euros to Tanzania to impose COVID-19 measures prescribed by the WHO's strict lockdowns, including masking and mass-vaccination. Tanzania took the money, and then declared the country coronavirus-free. The donor nations could not hide their fury, and in the EU parliament, MEP David McAllister angrily ranted about the Tanzanian "regime" that took the EU's money and demanded to know what had been done with it.

At this point, a rash of media stories appeared denouncing the Tanzanian government in various ways. Off-Guardian explains how Magufuli had previously enjoyed a positive reputation in global media, a situation which dramatically changed as soon as he dissented from from global lockdown regime.

As the lockdown and vaccination agendas advanced around the world, Magufuli  remained steadfast, voicing serious doubts about the safety and efficacy of COVID-19 vaccines developed and manufactured in the West. On Feb 2, 2021, Tanzanian health minister, Dorothy Gwajima, announced that the country had no plans to recommend widespread use of COVID-19 vaccines. Less than a week later, the UK's Guardian ran an atrocious hit-piece against Magufuli, entitled "It's time for Africa to rein in Tanzania's anti-vaxxer president". The article, in a section of the Guardian financed by the Bill and Melinda gates Foundation, disparaged Magufuli an anti-scientific populist who must be "openly challenged". Similar articles elsewhere painted the president as a religious obscurantist, for having called for prayer in repsonse to the "pandemic". The thinly-veiled contempt of religiosity that is endemic amongst Western "progressives" naturally had its audience outside of Tanzania. Magufuli, however, with a phD in chemistry, was simply following sound scientic principles, by refusing to draw conclusions based on faulty premises (i.e. the accuracy of the coronavirus test kits sent to Africa). In stark contrast to the corporate lackeys that populate the halls of power in London, Washington and Paris, Magufuli insisted that the health ministry would only accept COVID-19 vaccines once Tanzania’s experts had examined and certified them.

Magufuli's radical, alternative approach to the "pandemic" was the adoption of the herbal remedy known as "Covid Organics", developed and promoted by the Madagascan government. The formula is a decoction made from the plant Artemisia annua. The sweet wormwood plant supplies artemisinin, a key ingredient, of the artemisinin-based combination therapies (ACTs), which the World Health Organization (WHO) has recommended as first-line treatments against malaria, and for whose discovery Professor Youyou Tu won the Nobel Prize in Physiology or Medicine in 2015. Yet, despite the plant's known anti-viral properties, its endorsement by Luc Montagnier (another Nobel Laureate), the WHO has repeatedly issued warnings against the use of the "untested" remedy. Besides Tanzania, another dozen African countries have so far received shipments of the Madagascan formula.

On the night of  Wednesday 17th, however, Vice president Samia Suluhu announced that the president had died of a “heart condition”, of which he had suffered for 10 years. The announcement, which followed several weeks of the president's public absence (and government attempted to repress the rumours), plunged Tanzania and the wider region into grief

Finally, the Tanzanian President had been "reined in". 

As the Western press aired evidence-free claims that the President had died of the Coronavirus, the BBC chimed in, warning of the "cautionary tale" of Covid-denying Magufuli. Although, why exactly someone who died "of a heart condition" should provide a cautionary tale for Covid-sceptics is not clear. 

Beyond the crowing tone of media talking-heads, local voices had darker suspicions. A Kenyan news site has cited a "high ranking Government official" in Tanzania who has claimed that an alliance of Chinese and Western Countries had killed Magufuli due to his policies of guarding the country's rich mineral resources. Whilst the website offers no specific evidence to back this claim, it pointed to Magufuli's protectionist policies, suggesting these as a context:

"In a recent event that shocked many people, he impounded raw materials at the Port of Dar es Salam which were destined for China, and demanded that the firm should manufacture the materials in Tanzania...This action angered many international firms who threatened to pull out of Tanzania in protest but this did not deter President Magufuli from standing his ground and told them off and if they don’t play along they should keep off Tanzania."

This twin rejection of Western and Chinese imperialism was even highlighted in a BBC profile piece from June of last year. The article describes Magufuli's battles against Canadian mining giant Barrick Gold Corp. and how the Tanzanian leader had demanded a 60% government stakeholding in three of the country's gold mines. Although the government had to settle for a 16% share, "the talks signalled that it was no longer business as usual."

Magufuli had also cancelled two deals with China: the building of Tanzania's first electric railway line, intended to link Dar es Salaam to the capital city, Dodoma,  and an £8bn construction project at the port of Bagamoyo, due to the unacceptable financial terms negotiated by his predecessor.

It may well be that Magufuli met the predicable end of any African leader who attempts to confront billionnaire consortia without a significant external ally (a lesson Muammar al-Gaddafi learned in 2011). But it was Magufuli's opposition to the lockdown/vaccine formula that provides the most immediate context for his death. The fate of the previous African leader to challenge the lockdown regime unveils the panorama. Last May, Burundi's president Pierre Nkurunziza dismissed the claim of a global pandemic as a nonsensical hoax. Rejecting what he called unacceptable intereference in Burundi's internal politics, the leader ejected WHO officials from the country ahead of national elections (which he went on to win). Less than one month later, the athletic 55-year-old was dead of an apparent heart attack. Under Nkurunziza's replacement, most of Burundi's Covid policies have swung 180 to align with the policies of the WHO.

It is impossible not to see a parallel to Magufuli's death, also attributed to a heart attack. And although a quarter of Africa's countries did not implement any lockdown, only three of the continent's heads-of-state openly challenged the World Health organisation's impositions and chartered radically different approaches towards the "pandemic". These were Burundi's Nkurunziza, Madagascar's Rajoelina, and Tanzania's Magufuli. Now, two of those three leaders are dead, both in an eerily similar manner.

Even before there was any confirmation of Magufuli's death, the reversals in Covid polcies were underway. The near certainty that a silent coup is taking place is underlined by the rash of sudden deaths that preceded Magufuli's, sudden deaths of several top government officials, reported by AFP and Bright Kenya News. According to the latter, the dead officials include (but are not limited to) Chief Secretary to State House John Kijazi, Former Deputy Finance Minister Gregory Teu, Former Governor of Bank Of Tanzania Benno Ndulu and first Vice President of Zanzibar. These follow the death on February 17th of Zanzibar’s first vice president, Seif Sharif Hamad, who died after being hospitalised "with COVID-19" (Spain's La Razón adds that no cause of death was publicly specified in these cases).

We are expected to believe that the construct called "Covid-19", with its infection fatality rate of 0.14% somehow laid waste to an entire swath of Tanzanian high officials in less than a month. This sudden cluster of deaths amongst the officials seems yet another coincidence too far. One can always counter that "the virus" has wreaked similar havoc in the governments of Zimbabwe and Malawi, as the Guardian's hit-piece avers. After all, in January "four Zimbabwe cabinet ministers... died of Covid. In Malawi, four government officials, including two cabinet ministers, succumbed." Yet, Zimbabwe is in the 122nd place (100 death per million) in world mortality, whilst Malawi sits in 140th place (56 deaths per million). How is it possible that countries with such neglible fatality rates are seeing such a disproportionate effect amongst their leaders? Could a hidden hand be operating more widely in Africa than previously suspected? 

After the anti-lockdown President of Belarus revealed that the IMF attempted to bribe him to shut down his economy, he was rewarded with an attempted colour revolution. That the IMF, whose stated goal is to promote trade & economic growth, should be actually attempt to shut down economies is the surest confirmation that the changes underway under the cover of a pandemic are part of a fundamental, global shift without precedent. And if there were ever any doubts about the lengths to which the pandemic-mongers will go to enact that shift, the latest events in Tanzania should put those doubts firmly to rest. And the hysterical rhetoric directed at other "Covid-denier" heads-of-state should put them on notice that no one is safe. To avoid the imposition of a worldwide, pseudo-medical technocracy, we must all confront the official discourse head-on, and do so with the same vigour and clarity as John Magufuli.

Under Magufuli's British-educated replacement Samia Suluhu, facing this challenge will be difficult for Tanzania. They will either bend to the will of the World Health Organisation or maintain Magufuli's legacy. It is not clear that the latter will be chosen, given the high price they risk paying for it. 

Meanwhile, a piece of older footage of Magufuli's has been re-aired by Tanzanians. In what may be meagre consolation to his widow and five children, one of the President's final messages proved tragically prophetic:

"One day you will remember me. And I know that you will remember me for the good things I did for Tanzania and not the bad ones...this is because I have sacrificed my life for the sake of poor Tanzanians," Read more: https://yen.com.gh/183996-video-magufuli-saying-tanzanians-will-remember-him-good-deeds-resurfaces-siku-moja-mtanikumbuka.html

 "One day you will remember me. And I know that you will remember me for the good things I did for Tanzania and not the bad ones...this is because I have sacrificed my life for the sake of poor Tanzanians."

"One day you will remember me. And I know that you will remember me for the good things I did for Tanzania and not the bad ones...this is because I have sacrificed my life for the sake of poor Tanzanians," Read more: https://yen.com.gh/183996-video-magufuli-saying-tanzanians-will-remember-him-good-deeds-resurfaces-siku-moja-mtanikumbuka.html
"One day you will remember me. And I know that you will remember me for the good things I did for Tanzania and not the bad ones...this is because I have sacrificed my life for the sake of poor Tanzanians," Read more: https://yen.com.gh/183996-video-magufuli-saying-tanzanians-will-remember-him-good-deeds-resurfaces-siku-moja-mtanikumbuka.html
"One day you will remember me. And I know that you will remember me for the good things I did for Tanzania and not the bad ones...this is because I have sacrificed my life for the sake of poor Tanzanians," Read more: https://yen.com.gh/183996-video-magufuli-saying-tanzanians-will-remember-him-good-deeds-resurfaces-siku-moja-mtanikumbuka.html
"One day you will remember me. And I know that you will remember me for the good things I did for Tanzania and not the bad ones...this is because I have sacrificed my life for the sake of poor Tanzanians," Read more: https://yen.com.gh/183996-video-magufuli-saying-tanzanians-will-remember-him-good-deeds-resurfaces-siku-moja-mtanikumbuka.html